domingo, 22 de abril de 2018

¿Por qué la Universidad Nacional del Comahue se ha opuesto históricamente a la acreditación de carreras ante la CONEAU?


“Quien no sabe defender las posiciones conquistadas, nunca habrá de conquistar una nueva posición.”
Frase atribuida a Rosa Luxemburgo

(Ariel Petruccelli y Pablo Scatizza. La Izquierda Diario, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, miércoles 18 de abril de 2018)- La suspensión del escándalo

Como ha sido ya difundido por varios medios de comunicación, el pasado jueves 12 de abril sesionó el Consejo Superior de la UNCo (Universidad Nacional del Comahue), y se produjo allí una situación que al mismo tiempo de parecer una farsa, bien puede devenir en tragedia. De manera absolutamente irregular, se aprobó tratar sobre tablas un asunto tan delicado como lo es la acreditación de carreras de esta Universidad, lo cual no sólo debería haber sido debatido detenidamente en las respectivas comisiones, sino que, por su magnitud y simbolismo, amerita que, antes de llegar al Superior, toda la comunidad universitaria se exprese y debata sobre ello en diversos espacios institucionales.

Pero no, no fue así. En vez de ello, 18 consejeros y consejeras superiores decidieron darle rápido y expeditivo tratamiento al tema, mediante el pedido de suspensión del artículo 3 de la Ordenanza 738/04, y habilitar así la posibilidad de acreditar carreras ante la CONEAU; el organismo acreditador creado con criterios de mercado que promueve la injerencia de las empresas y permite la intromisión del poder político de turno en la vida académica, pisoteando y enlodando el principio de autonomía que dio gloria y grandeza a las Universidades argentinas.

¿Por qué tanta urgencia? El argumento empleado fue que el Ministerio de Educación de la Nación tiene retenido el título de un grupo de recientes graduados/as de la Licenciatura en Biología, hasta tanto la misma no sea acreditada. Al amparo de la solidaridad lógica que todos sentimos con quien legítimamente reclama su título, se utilizó un caso puntual y cuyos detalles se ignoran (aunque en principio el Ministerio no tiene facultades para no entregar títulos de una carrera en curso), para dar marcha atrás con una posición político-académica conquistada con el mayúsculo esfuerzos de varias generaciones de estudiantes. Ante una medida sin dudas extorsiva por parte del gobierno nacional, la primera y más rápida reacción de este grupo de consejeros/as fue la de avalar dicha extorsión y, finalmente claudicar a los principios de autonomía que rigen la vida universitaria. ¡Buena manera de honrar la memoria de quienes hace cien años consiguieron, con su lucha inclaudicable, una conquista que a muchos les parecía imposible: la Reforma Universitaria de 1918!

Como resultado de esta maniobra, finalmente fue aprobada la suspensión por un año del artículo 3 de una ordenanza histórica. Se trata de la célebre Ordenanza 738/04, aprobada luego de una enorme lucha de los estudiantes del Comahue, cuyo texto es el siguiente:

Artículo n°1: Rechazar la Ley de educación superior tal como lo ha hecho esta universidad en dos oportunidades, y hacer todos los esfuerzos para lograr su derogación.
Artículo n°2: Rechazar la CONEAU como organismo acreditador.
Artículo n°3: Suspender las acreditaciones hasta la derogación de la Ley de Educación superior.
Artículo n°4: Iniciar acciones tendientes a la derogación de la LES ante el CIN, el Ministerio de Educación de la Nación, Diputados Nacionales, Diputados de las Provincias Patagónicas, Legisladores Provinciales de Rio Negro y Neuquén, y hacer extensivo a otros gobiernos y universidades Nacionales.

Dieciocho (18) consejeros/as borraron de un plumazo una ordenanza obtenida como producto de la lucha de miles de estudiantes, quienes junto a docentes, graduados, no docentes y distintas organizaciones sociales expresaron en 2004 -una vez más- su compromiso irrenunciable con la educación pública, libre, gratuita y laica y, con ello, su rechazo a leyes mercantilistas y neoliberales.

Es cierto que, en los últimos años, unas diez carreras, sobre más de setenta, fueron acreditadas. Pero lo fueron en casi todos los casos vía amparo judicial (sin consentimiento de la Universidad), y con el aval subrepticio de los decanos respectivos; quienes nunca tuvieron ni un ápice de voluntad para resistir el avance de medidas neoliberales como estas, o bien estuvieron directa y francamente a su servicio y favor. Lo que se pretende ahora es que la violación a la autonomía se la haga con consentimiento. Ante esto nos pronunciamos claramente: ¡No en nuestro nombre! Para nosotros la autonomía universitaria es un principio, no un bien transable en el mercado bursátil del pragmatismo. La auténtica autonomía universitaria es un valor a recuperar, no un recuerdo de tiempos mejores pero irremediablemente perdidos.

Hagamos historia, tengamos memoria

La Universidad Nacional del Comahue, y muy especialmente su movimiento estudiantil, posee una larga y rica tradición de resistencia a la Ley de Educación Superior (LES). Sin ser los únicos, hay cuatro hitos fundamentales que ayudan a entender esta historia, a darle significado y calibrar su magnitud.

En 1995 en el Comahue se libró la lucha más enconada y extensa del amplio movimiento nacional de resistencia estudiantil contra la LES: la Toma de 14 días que culminó con la victoria de los estudiantes; producto de la cual la Universidad Nacional del Comahue se pronunció institucionalmente contra la LES, y contra cualquier forma de ingreso restricto y de arancelamiento.

En 1996, un boicot a la Asamblea Universitaria impidió la adecuación de los estatutos de la Universidad a los dictados privatistas, elitistas y contrarios a la autonomía universitaria impuestos por la LES (Ley de educación superior).

En el año 2004, ante el intento de acreditación de carreras de la Universidad ante la CONEAU (comisión creada por la LES, en la que sólo 3, de 12 miembros, pertenecen a las Universidades Nacionales), la Universidad Nacional del Comahue fue tomada por los estudiantes por más de 20 días; como resultado de la cual el Consejo Superior aprobó en la histórica sesión del 26 de noviembre la crucial y celebrada Ordenanza 738/04 que, como señalamos más arriba, rechaza a la CONEAU como organismo acreditador y suspende las acreditaciones hasta que se derogue la LES. Esta es la ordenanza, precisamente, que en una bochornosa sesión del Consejo Superior fue suspendida por un año.

Al año siguiente, 2005, ante la presión extorsiva del Ministerio de retener los títulos de estudiantes de Ingeniería (una situación análoga a la actual de los estudiantes de Biología), un contingente de 150 estudiantes del Comahue que se hallaba en Buenos Aires para participar de diferentes actividades nacionales para discutir la derogación de la LES, ocupó el Palacio Pizzurno. Gracias a esa medida se obtuvo el compromiso del por entonces Ministro de Educación que los títulos serían entregados en tiempo y forma, sin que la carrera fuera acreditada.

¿Y si damos un paso adelante?

Conocida la decisión del Consejo Superior, rápidamente se generó una movilización estudiantil, que con asambleas y manifestaciones inició el proceso de resistencia. Mientras se generaliza la lucha para que el Consejo Superior derogue la ordenanza que suspende el artículo 3 de la Ordenanza 738/04, quizá haya llegado la hora de preguntarnos si no ha llegado el momento de dar un paso adelante. A cien años de la reforma Universitaria de 1918, y frente a un gobierno como el que encabeza Mauricio Macri -al que nadie duda en catalogar de mercantilista y neo-liberal- los universitarios en resistencia del Comahue acaso debiéramos hacer un llamado a dar inicio a un amplio movimiento nacional por la derogación de la Ley de Educación Superior, en el camino de una nueva reforma universitaria.

¿Nos atrevemos? ¿Vamos por un movimiento nacional por la derogación de la LES?
Hay utopías realizables. Un mundo sin LES es una de ellas.
Los principios no se negocian.
La dignidad no tiene precio.



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