viernes, 10 de noviembre de 2017

Demasiados nombramientos

Mientras arman la bandera identificatoria de la gremial para concurrir a la marcha por Santiago Maldonado que abre el mes de noviembre, terminan los bizcochos y el mate alrededor de un exclusivo tema de comentarios: el discurso “fundacional”, según adjetivaron algunos periodistas, que el lunes pasado dio el presidente Mauricio Macri en el Centro Cultural Néstor Kirchner.

En él se habló apenas sobre la educación y a las universidades le tocaron unas pocas palabras pero muy poderosas, capaces de generar el enojo y las ganas de contestar que de inmediato se propagaron entre los profesores como un virus letal. Macri cruzó los números con la tasa de graduaciones y sentenció que en las universidades argentinas hay demasiados nombramientos.

Entre todos sacan la cuenta que ya saben casi de memoria. El noventa por ciento del presupuesto universitario se destina al pago de los sueldos de docentes y no docentes, que no se destacan por ser cuantiosos. El salario del cargo testigo de un profesor universitario -es decir un ayudante con dedicación semiexclusiva- suma al día de la fecha 11.500 pesos, una cifra que se mantiene por debajo de la línea de pobreza. La mayoría de los docentes de la Universidad de Buenos Aires, por otra parte, atesoran un salario de 4.400 pesos. Y eso en los casos en que cobran, porque existen unos veinte mil docentes que trabajan e investigan sin cobrar un solo peso bajo el eufemismo encubridor de trabajo ad honorem.

Y encima ahora el primer mandatario subraya en un ampuloso discurso que son muchos.

Se trata de otro milagro de las ciencias formales; más allá de las evidencias incontrastables de la matemática, lo que ocurre es la realidad.


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