viernes, 8 de septiembre de 2017

Sensatez

Fue a media mañana, cuando la comunidad educativa de la Escuela Media N° 16 “Juana Azurduy” de la localidad de Moreno realizaba una toma pacífica del colegio. El motivo de la acción es bien conocido por todos -autoridades inclusive- porque es más añejo que el mejor vino. Una figurita repetida del conurbano bonaerense: las catastróficas condiciones edilicias del establecimiento que les ha tocado en suerte. Los baños son un desastre, el patio también; la entrada de la escuela está toda llena de agua y barro.. Ocurrió en ese momento que la gendarmería se cayó de sopetón en el lugar para forzarlos a que despejen la calle.


Eso no fue todo. Los efectivos quisieron tomarle los datos a los docentes y filmaron a los chicos y chicas que estaban en la manifestación.

Al advertir que uno de los gendarmes le sacó fotos a los alumnos, que son menores de edad, una profesora lo encaró y le dijo que no podía hacerlo, que era ilegal. Entonces al tumulto arribó el inspector, que había permanecido adentro del edificio, y se sumó a las fuerzas del  orden afirmando que los profesores no tenían nada que decir, y que si no se apartaban los iban a correr a palos.

La madre de uno de los estudiantes, que participaba de la protesta, comentó, enojada y nerviosa pero con resignada paciencia: “me enteré de que la escuela tiene fugas de electricidad y es un peligro que los chicos concurran a clase en tales condiciones; por eso me escapé del laburo y viene a participar de la toma y reclamar. ¿Por qué el gobierno en vez de mandar a la policía y los soldados no envía un par de buenos electricistas y algunos albañiles? Sería más sensato, ¿no?”.


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