domingo, 26 de marzo de 2017

Cuanto más recursan los mismos contenidos, obtienen peores resultados: la prueba Aprender demuestra que los alumnos que repiten el año no mejoran su rendimiento, algo que ya se sabía (el asunto es qué se hace ahora, en medio del ajuste presupuestario)

Está instalado como una verdad difícil de rebatir: si un alumno no alcanzó los objetivos deberá volver a cursar el año, para entonces sí aprender, se supone. Sin embargo, las investigaciones no dejan de tirar abajo esa afirmación; y la repitencia, como estrategia pedagógica, encuentra cada vez más cuestionamientos. El último lo aportó la prueba Aprender-difundida el martes- que confirmó que los chicos que repiten, en primaria y secundaria, no solo no mejoran sino que obtienen peores resultados.

“La repitencia influye negativamente en los chicos. Hay suficiente evidencia científica que lo comprueba. Ya se había medido en las pruebas de Unesco tomadas en 15 países de América Latina: ningún otro factor tuvo más impacto negativo que hacer repetir a los alumnos”, dijo Axel Rivas, codirector del Programa de Educación de CIPPEC.

La prueba Aprender mostró que entre los estudiantes argentinos del último año de secundaria que nunca han repetido, un 32,1% obtiene bueno resultados en Lengua y Matemática, contra un 15,7% de aquellos con un año de repitencia y un 13,4% de los que repitieron dos años o más. En primaria la diferencia es más pronunciada. De los chicos que nunca han repetido, un 53,3% obtiene buenos resultados en Lengua y Matemática, contra un 29,7% de aquellos con un año de repitencia y un 30,5% los que repitieron dos años o más.

El ministro de Educación Esteban Bullrich dijo que estos datos demuestran que el modelo de la repitencia no funciona. La Secretaria de Innovación y Calidad Educativa de ese ministerio avanza ahora en una reforma a la escuela secundaria, que tenga en cuenta esta situación.

¿Por qué la repitencia influye negativamente? “Como método es bastante evidente su limitación: enseñar exactamente lo mismo durante todo un año supone que las cosas se aprenden a la fuerza. En términos psicológicos, genera un gran daño en la autoestima de los chicos, a veces irremediable, al quitarlos de su grupo de pares y exponerlos a la ‘anormalidad’. Incluso en términos presupuestarios tiene un costo enorme para el Estado”, dice Rivas.

(…) La repitencia afecta más a los chicos pobres, debido a a que muchos de ellos son la primera generación de sus familias que acceden a la secundaria, y la propuesta pedagógica no los contiene. Para Guillermina Tiramonti, investigadora de FLACSO y profesora de la UNLP, “la escuela media tiene una organización perimida. Está organizada en bloques de materias que se cursan todas juntas en un año y, si no se aprueban todas menos dos, se repite todo aunque ya se haya aprobado”, afirma.

Rebeca Anijovich, de la Universidad de San Andrés, coincide en que hay que renovar la escuela media. “Es clave el acompañamiento de la trayectoria escolar de cada alumno (por ejemplo, con tutorías integrales), así como estrategias preventivas que pueden aplicar las escuelas para ayudar a cada chico”, dice.

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