jueves, 3 de noviembre de 2016

Simulacro

La conclusión obligada es que las estadísticas tienen esa fuerza, al menos en la creencia de los funcionarios de gobierno. Porque en rigor de verdad poco es lo que agregan, nada que ella o cualquiera de sus compañeros ya no sepa; pero una vez más el truco consiste en hacer creer al conjunto de la población que la voz autorizada vale doble.
Ocurre que acaba de recibir un correo electrónico que reproduce los dichos del ministro de Educación, Esteban Bullrich. “El operativo nacional de evaluación Aprender 2016 fue un éxito”, enfatiza la foto de su rostro sonriente. A continuación agrega, con algunos eufemismos, que el boicot llevado adelante por sindicatos de maestros y centros de estudiantes afectó alrededor del diez por ciento del total.  Una pena, pero que no altera la validez de los resultados que de algún tiempo se harán públicos.


Ella piensa que, en realidad, esos resultados poco dirán. Entre otras cuestiones porque, más allá de los gremios y las federaciones estudiantiles, sospecha que fueron miles de alumnos y maestros que de manera individual y porque están podridos de sentir que siempre son ellos los únicos evaluados, dejaron las hojas en blanco o llenas de consignas pergeñadas en el acto o dibujitos irónicos. Incluso muchos de los evaluadores, obligados bajo pena de castigo salarial o de sumario, hicieron todo lo posible para estimular el rechazo. Le consta porque ella fue uno de ellos.
Lo peor de todo es saber que los números censales y muestrales de nada sirven,  pero que a las autoridades no les importa, porque de lo que se trata en definitiva es de esgrimir una coartada civilizada a la hora de intensificar el ajuste en curso.
Mientras tanto sólo resta esperar un nuevo correo electrónico con una nueva carita feliz, que dará continuidad al simulacro.

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