El desmanejo de los
fondos públicos y privados en las universidades nacionales viene de lejos. Los
responsables son los gobiernos de turno y los rectores que (todos ellos)
aplican la Ley de educación menemista que desfinanciando a la universidad
genera los llamados “fondos propios” que son la fuente de todo tipo de
corruptelas.
En este año de ajuste a
los docentes no nos sorprende que se destapen todo tipo de tropelías cometidas
por los actores del sistema (los de antes y los de ahora) como una herramienta
de desprestigio de la universidad laica estatal, gratuita y con ingreso irrestricto.
Se hace con la intención de desprestigiar a estudiantes, docentes y no
docentes que somos rehenes de los
gobiernos ajustadores y de las patronales universitarias que por aplicar dicho
ajuste son recompensadas con prebendas y
negocios.
En esta semanas han
salido a la luz pública cuestiones que
los docentes rechazamos siempre. La tercerización en las universidades de
acciones que no nos son propias para evadir los controles del manejo de cifras
multimillonarias.
Algunos ejemplos son
escalofriantes. La fundación de la UTN (Universidad Tecnológica Nacional) fue
la vía elegida por Julio De Vido para entregar 4.000 millones de pesos a
Yacimientos Carboníferos Fiscales en Río Gallegos esta cifra multiplica por
diez el presupuesto de esa facultad. ¿En qué se gastó y quiénes fueron los
beneficiarios? Es un secreto.
La situación en Tucumán
es terriblemente preocupante. Durante 19 años la UNT (Universidad Nacional de Tucumán) fue socia privilegiada de la
megaminería contaminante de la Alumbrera. Con esas rentas se financiaron obras
(muchas inconclusas) con sobreprecios a tal nivel que el ex rector Cerisola
está imputado por la justicia federal.
En la UBA (Universidad
de Buenos Aires) se está por consumar el enésimo negocio con el hospital de
clínicas y por 30 millones de dólares. Este negocio ya se llevó puesto al
decano de económicas Giusti que era a su vez proveedor del hospital, pero allí,
sin vergüenza, se trafica con los tratamientos de los pacientes incluida la
fertilización in vitro que paga el estado nacional pero que el hospital
deriva a una fundación regenteada por el
Sr. Ávila, el fracasado secretario de política universitarias del pro que por
sus negocios privados fue repudiado por toda la comunidad universitaria y no
llegó a asumir, aunque mantiene su posición en dicha fundación. Los negocios
audiovisuales nos llenaron de estupor a todos cuando se supo que la universidad
de San Martín pagó 36 millones de pesos a Andrea del Boca para realizar una novela, y la
lista podría seguir y seguir.
Tanto que hoy un fiscal
empoderado por las camarillas judiciales
que guardaron el silencio de la Side por décadas quiere investigar a 52 rectores sobre el
destino de más de $700 millones del presupuesto universitario.
Los docentes ad
honorem, los que cobran 4.250 pesos por tomar un curso, los que pagan el
nefasto impuesto al salario, los monotributistas y los contratados o interinos
por años nada tenemos que ver con estos negocios y corruptelas.
Exigimos un incremento
significativo e inmediato del presupuesto para tener: un salario acorde a la
canasta familiar; un sistema de becas que termine con la deserción masiva de
nuestros casi dos millones de alumnos que solo dispondrán de 14000 estipendios
el año próximo, atención completa y gratuita de la población que utiliza por
millones nuestros hospitales universitarios cada años.
Tenemos que terminar
con el sistema de los amigos y enemigos en la asignación de partidas por ello
proponemos que los fondos sean auditados por comisiones designadas por los
docentes, estudiantes y no docentes y por sobre todo exigimos la inmediata
derogación de la Ley de Educación Superior que al mercantilizar la
educación superior es la madre de todos
los negocios y negociados.
Federación
Universitaria de Buenos Aires (FUBA)
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