miércoles, 28 de septiembre de 2016

Movilización

“Hay un toco de gente”, dice la maestra trepada sobre los hombros de su amigo que seguramente aspira a algo más y por eso hoy decidió perderse las horas extras para acompañar a la mujer entusiasmada. “De a poco el tránsito por el centro porteño comienza a complicarse a raíz del paro de los estatales y docentes”, dice en ese mismo instante el locutor del noticiero televisivo, mientras señala en la pantalla que cuelga a su espalda los muchos que se movilizan para reclamarle al gobierno la reapertura de paritarias, la reincorporación de los despedidos en las distintas reparticiones públicas y para expresar su rechazo al presupuesto 2017.

La esquina del Congreso, en Rivadavia y Callao, ya registra el primer corte total por parte de los estatales, y hacia allí camina la pareja buscando la columna del sindicato bonaerense al que la joven pertenece. Pero todavía les falta un buen trecho.

La columna de la Asociación de Trabajadores del Estado, junto a otros gremios estatales y algunas organizaciones sociales, desde las diez se ha ido concentrando en Avenida de Mayo y 9 de Julio. Los  gremios de las trabajadores de la educación están en la otra punta, dispuestos a marchar directamente por Callao rumbo al Ministerio de Educación.

Y hacia allí enfila ella tirando del brazo de él que la frena como burro empacado. “¿Y si nos quedamos por acá? ¿No es lo mismo?”. Pero basta que ella lo mire un segundo para que, con una sonrisa de amarga resignación, deponga su dureza y las piernas se le aflojen. “Dale, dale…”, lo apura la mujer ni bien nota que él ya no se resiste.


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