viernes, 16 de septiembre de 2016

La toma

Las más de treinta hectáreas fueron ocupadas hace cuatro meses. El predio llevaba décadas deshabitado y encima se había convertido en un basural peligroso, de esos que junta a las ratas y los rateros. Y fue por eso que muchos vecinos de los barrios vecinos apoyaron la toma.

El de comienzos de este septiembre es el segundo desalojo que sufren en lo que va del año. El primero fue brutal, hubo heridos de balas de goma y palazos policiales, de esos con saña. Ni bien se repusieron, que a decir verdad fue rápido, organizaron una movilización al municipio de Esteban Echeverría. Los atendió el secretario de Tierra y Vivienda, quien justificó el desalojo argumentando que “no esperen otra cosa si ocupan un lugar que no es propio”. No agregó palabra, es decir ninguna respuesta al problema de la falta de vivienda que sufren miles de familias del distrito. Así que siguieron  adelante con la ocupación y se decidieron a levantar las precarias construcciones que habitan.

Y ahora un nuevo desalojo. La Municipalidad mandó topadoras para barrer con las casas de los habitantes. Después de la andanada represiva para correrlos y los representantes fueron a parar a la seccional. Los ocupantes pasaron la noche en vigilia, aguantaron hasta bien entrada la madrugada a que liberaron a los detenidos.

La fiscal, que quería retenerlos en la comisaría hasta la mañana siguiente, tuvo que ceder. Una vez que estuvieron todos afuera se realizó una pequeña reunión para acordar cómo van a seguir la pelea. La primera iniciativa es la de convocar a una reunión general, grande, con todos los que en este momento vaya a saber uno dónde se refugiaron, para el sábado a la tarde.

Se lava la cara frotando fuerte, y arma el mate mientras se manda al buche un pedazo grande de pan con manteca. De pronto advierte que su hijo, temeroso y asombrado, lo mira con los ojos grandes desde un costado de lo que queda de la casilla: “Dale, vos -le dice entonces- terminá la leche y vestite rápido que se hace tarde para la escuela”.

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