sábado, 10 de septiembre de 2016

Brasil a partir de mañana

Se mete las manos en los bolsillos, da vuelta y comienza a caminar despacio hasta la facultad. Ninguno de sus compañeros se quiso prender para acompañarlo. La verdad es que a él la Roussef poco le importa. Fue una ráfaga que, durante un par de años, pareció traer alguna diferencia a la vida de todos los días. Pero el impulso duró lo que un pestañeo, y a poco andar las cosas se habían acomodado según la rutina de siempre. Barranca abajo. Así que él se asomó más que nada por curiosidad, para ver qué decidía el Senado y cómo reaccionaban los que se habían ido juntando desde la primera hora.
Pero resultó que eran muy pocos y encima el conjunto había asumido que las cartas estaban echadas, de modo que la presencia era más simbólica que otra cosa. Algunos insultos al aire, algunos cartones encendidos, poco más. Triste. El Partido de los Trabajadores convocó a muy pocos trabajadores, no pudo o no quiso; y a ninguno de sus dirigentes se le pasó por la cabeza llamar a una huelga o algo así, como para darle alguna carnadura a la denuncia de golpe.
Él decidió volverse ni bien se rumoreó que dentro de un rato juraba como presidente Michel Temer. También está todo anunciado. Seguramente el lunes se van a poner en marcha los recortes que con anticipación han sido aprobados en el Congreso y que afectan a sectores claves como la salud y educación. Según estiman los diarios del día, la inversión para las Universidades bajará un 45 % en 2017, casi la mitad.
Resulta, pues, que es como le había anticipado su amigo. Más allá de la retórica de los periodistas no se trata de un capítulo que termina, sino más bien de uno que recién empieza, y habrá que prepararse en consecuencia.

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