(Por Amanda Martín. Prensa Obrera, n. 1419, Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, jueves 14 de julio de 2016)- Días atrás, Jill Biden, la esposa
del vicepresidente norteamericano visitó la Argentina y brindó una conferencia
en el INET (Instituto Nacional de Educación Tecnológica) sobre "la
necesidad de desarrollar los institutos de oficio ligados a la demanda del mercado
laboral".
Junto al ministro de
educación, Esteban Bullrich, y el director del Inet, Gabriel Sánchez Zinny,
firmaron acuerdos para realizar intercambios en la región, alentando el círculo
de la formación precaria para desvalorizar los títulos terciarios y técnicos; aún
más, para promover las “habilidades que requiere el mercado”, dicho en palabras
de la ministra porteña Soledad Acuña.
La visita se
consustancia con un informe cuyo título es “Capacidades 2020”, que editó el
propio INET en junio de 2016. Allí se resumen las habilidades que requerirán
las empresas en los próximos años.
El aumento de la
productividad laboral es el eje que articula el texto, que reclama la formación
de los estudiantes en las "habilidades blandas” (conocimientos no
específicos, metodología de trabajo, cuestiones actitudinales), lo que requiere
la adecuación de los contenidos curriculares de la escuela, la evaluación
docente bajo el eufemismo de “calidad” y la introducción de nuevas pasantías en
empresas para fomentar la mano de obra barata.
Los 12 millones de
alumnos que concurren en EEUU a esos institutos, según Jill Biden, son los
inmigrantes y personas que quieren “trabajar duro” (Clarín, 23/6); es decir,
carne de cañón de la súper explotación en los empleos menos calificados. El
planteo de la señora Biden apunta a la degradación de la escuela
técnica–profesional para adaptarla a la flexibilización laboral.
La visita de Mrs. Biden
vino a respaldar la penetración de ONGs y fundaciones de origen clerical y/o
empresario en la educación pública, promovida por el gobierno. Antes que ella,
Michelle Obama aprovechó la visita a la Argentina para promover su propia
"fundación educativa".
En la ciudad de Buenos
Aires, el macrismo llevó muy lejos esta política, que liquida los contenidos
curriculares, las condiciones laborales de la docencia y entrega el presupuesto
estatal al sector privado. Es el caso de fundaciones como "Enseña por
Argentina" y "Protege tu corazón", que introducen
"co-docentes" sin concurso y con salarios menores para "promover
el liderazgo" entre los alumnos y dictan cursos oscurantistas de educación
sexual en las escuelas porteñas, pero también de las Scholas Occurrentes del
papa Francisco, beneficiadas con subsidios y apoyos tanto por parte del
kirchnerismo como del macrismo. Los Centros de Primera Infancia (CPI) que Macri
quiere extender nacionalmente son jardines maternales de segunda, en manos de
privados, subsidiados por el Estado y con personal precarizado y cobrando por
debajo del convenio docente.
Estos son sólo algunos
ejemplos. Especialmente desde el año 2011 se vienen celebrando convenios y
acuerdos con empresas internacionales, que se meten en las escuelas para
realizar todo tipo de programas. Las leyes educativas sancionadas durante el
kirchnerismo en 2005 y 2006 incorporaban esta línea privatista. En la Ley
Nacional de Educación y posteriores resoluciones del Consejo Federal de
Educación se incorporó el concepto de
"calidad educativa", que sirvió como marco para la sanción del
Instituto de Evaluación macrista en el año 2013, introduciendo la competencia
entre escuelas y docentes por el presupuesto y salario. La vara con la que se
mide el rendimiento escolar son las pruebas PISA, que parten de contenidos
estandarizados a nivel internacional. Recientemente, se implementó un nuevo
programa, el Re.Ma, que incorpora docentes por fuera de concursos
públicos, ayudantes de segunda del CBC,
es decir, no recibidos y otros profesionales no docentes, sin atravesar
concursos públicos, para ejercitar a los alumnos para responder al formato de
las mencionadas pruebas PISA.
La terrible represión
que están sufriendo los maestros y estudiantes mexicanos tiene por objetivo
imponer precisamente ésta línea de barbarie educativa.
Llamamos a organizarnos
-docentes, alumnos y familias- para defender la escuela pública frente a este
saqueo.
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