martes, 20 de octubre de 2015

Que para mañana nadie se olvide de traer su sillita

El hecho ya ha pasado a formar parte del frondoso anecdotario popular de la zona, no en el área de los mitos y las leyendas fabulosas sino en de las sorpresas que suela ofrecer la más simple de las vidas de los habitantes de la comarca. Ocurrió en Coronel Cornejo, provincia de Salta, y sus testigos son los papás que llevan a sus hijos al jardín de infantes de la Escuela Nº 4826, Misión Villa Sagrada.
Se encuentra a unos diez kilómetros al oeste de la segunda cuenca de gas de mayor producción de la República Argentina, y frente al pueblo hay miles de hectáreas con porotos de soja; pero a la riqueza, como anuncian alguna teorías económicas, por allí nunca se le dio por el derrame.

Lo cierto es que el día en que abría el calendario escolar y los padres se apersonaron, como es costumbre, a verificar bien los horarios y las cosas que debían cargar en la mochilas de sus chicos, se encontraron con que en primer lugar los alumnos, por la falta de mobiliario escolar, debían cumplir la directiva de traer desde sus casas las sillas para sentarse durante el período de clases.

En Cornejo hay una delegación de la Municipalidad de General Mosconi, de la cual depende, pero nunca brinda soluciones efectivas, explicó la directora a quienes le pidieron explicaciones del inusual simulacro de mudanza cotidiana; y del ministerio provincial, agregó,  “todavía no hay respuesta”.

“No se preocupen”, trató de alivianar los ánimos una maestra sonriente, “que las sillitas después se las devolvemos, ¿no?”


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