jueves, 4 de junio de 2015

Quemarse con leche

Cuando leyó las declaraciones de la conducción mayoritaria de la federación de los profesores universitarios, esas que calificaban como un “triunfo” la convocatoria a la primera reunión para charlar el aumento de sueldos anual, allá por el 15 de abril, frunció el ceño pero decidió que lo razonable era esperar depositando en el brilloso sustantivo elegido por sus representantes gremiales un gramito de esperanza y otro de convicción.
El argumento decía que se había logrado forzar a los representantes de la Secretaría de Políticas Universitarias y del Ministerio de Educación, o sea al mismísimo gobierno, a convocar a la apertura de la mesa paritaria. La afirmación era a todas luces exagerada, algo que se podía advertir ni bien se extendía la vista para integrar al cuadro de comprensión un par de declaraciones oficiales que acompañaban esa misma página del diario. Lo charlo al pasar con algunos colegas y de conjunto pareció primar aquella sentencia de otorgar el beneficio de la duda…
Pues bien, un mes después la docencia universitaria de conjunto saca la conclusión contraria. El aplazamiento ha dado aire a los funcionarios para, incluso, hacer buena letra ante el reclamo del ministro de Economía. Ya casi han logrado cumplir con su objetivo de congelamiento salarial a junio, y la cifra de incremento que propusieron cortésmente fue del veintidós por ciento y en cuotas.
¿Cómo no lloraron de inmediato si la vaca estaba allí adelante y tantas veces se han quemado con la leche? Difícilmente alguien dude, en consecuencia, de la necesidad de parar esta semana, y la otra, y la otra.


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