lunes, 26 de mayo de 2014

Magma

Decir que en las escuelas de la provincia de Buenos Aires volvió a estallar la bronca -piensa recordando lo que ayer leyó en el diario- es equivocado. En realidad, el enojo siempre ha estado allí, como un magma que bulle y está pronto a derramar, aunque a veces no se note tanto. Las causas son, en este caso, por demás evidentes: sueldos adeudados, incumplimiento en el pago en tiempo y forma de los haberes de marzo y abril, falta de cobro de altas de suplencias y provisionalidades, descuentos indebidos, una obra social en ruinas.


Para cualquiera que haya estado atento no es una realidad nueva, todo lo contrario. Es el panorama que vienen denunciando desde distintas seccionales hace años. Lo que ocurre es que a tal situación se le suma la indignación que brotó y rebalsó las distintas asambleas de escuelas ante el escaso aumento que cobraron después de la huelga larga de los diecisiete días y el acuerdo salarial celebrado con la gobernación.

Toparse con los recibos de sueldo fue como una descarga eléctrica en los cuerpos de los maestros, y  precipitó la larga fila de rostros enrojecidos que ahora marcha por las calles de La Plata; miles de docentes con las manos apretadas, dispuestos a empezar la pelea otra vez.


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