jueves, 6 de febrero de 2014

Un papelón bien significativo

Un diputado se refirió a la huida como la crónica de una renuncia anunciada y un papelón. Lo cierto es que Claudia Peirano debió dejar la Subsecretaría de Educación de Chile antes de asumir. Pese a que se trata de un sector estratégico y de gran sensibilidad en la piel del pueblo la triunfante Michelle Bachelet no entré con el pie derecho en el territorio educativo.

Ni bien se difundió el apellido rápidamente los representantes estudiantiles sin gran esfuerzo hicieron memoria y recordaron que la Peirano había realizado en un pasado bien reciente declaraciones y hasta había firmado algún escrito público en los que se pronunciaba contra la gratuidad de la educación, en particular la universitaria.

La moraleja del affaire de la renunciada fue estampada en lugares destacados de la prensa escrita trasandina: triunfaron los estudiantes. Pero la proporción de tal victoria fue de inmediato relativizada por los propios dirigentes y activistas universitarios. En primer lugar porque queda claro que el camino por marchar es largo si lo que se busca como destino es una educación rescatada del lucro; en segundo lugar porque los cantos de sirenas de la concertación centroizquierdista antes de empezar ya empiezan a transformarse en graznidos.


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