domingo, 2 de febrero de 2014

A poco más de un mes de que asuma la presidencia de Chile, Michelle Bachelet enfrenta el descontento de los estudiantes ante la designación de un alto funcionario del Ministerio de Educación, la economista Claudia Pereira, quien ya se ha manifestado en contra de la educación gratuita universal

(Por Enrique Ahumada. Xinhua, Santiago de Chile, viernes 31 de enero de 2013)- El vocero de Bachelet, Alvaro Elizalde, nombrado próximo ministro secretario de Gobierno, dio a conocer la víspera a los subsecretarios de los gabinetes que asumirán el 11 de marzo con Bachelet.
La lista incluyó a la economista Claudia Pereira, señalada por el sector estudiantil de rechazar una de las demandas de los estudiantes.
La designación de Pereira "va en una dirección contraria al mandato que el pueblo le dio al gobierno de la Nueva Mayoría", dijo la diputada electa y ex dirigente estudiantil Camila Vallejo.
El año 2011, en medio de protestas y paros estudiantiles, Pereira firmó una carta junto a otros académicos en contra de la educación gratuita universal, una de las mayores demandas estudiantiles.
"Nos preocupa que nuestros líderes políticos estén pensando en extender la gratuidad en la educación superior, significará postergar la reducción de los déficits en educación pre-escolar y escolar", dijo la misiva firmada por la subsecretaria designada.
Recién se conoció además que Pereira mantiene vínculos con la empresa "Grupo Educativo", dedicada a prestar asesorías educacionales a colegios subvencionados.
Uno de los mejores clientes de la empresa es la red de establecimientos Crecemos, propiedad de su ex marido Walter Oliva, miembro del Consejo Nacional del partido Demócrata Cristiano, que también es parte de la Nueva Mayoría.
El problema es que el modelo de asesoría y colegios subvencionados son parte del flanco de críticas de los estudiantes, el lucro, o el negocio con fondos públicos destinados a educación por parte del sector privado, algo que el mismo gobierno de Bachelet señaló que terminaría en su programa.

La demanda principal de los estudiantes se resume en la frase "educación pública, gratuita y de calidad", que tanto Bachelet como el ministro de Educación designado, Nicolás Eyzaguirre, han repetido.
Ante esta contradicción, surgieron las críticas. La presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Melissa Sepúlveda, señaló que "es cuestionable que una persona que tiene conflictos de interés asuma una de las carteras más conflictivas y donde se va a requerir señales de avances", dijo.
A esto se sumó el diputado electo y también dirigente estudiantil del 2011 Giorgio Jackson, quien criticó que "tener dos economistas, en el Ministerio y Subsecretaría, no colabora en ese clima que es tan importante para establecer un diálogo con los distintos actores".
Otro diputado y ex dirigente del año 2012, Gabriel Boric, dijo que la"subsecretaria tiene que aclarar su posición frente al lucro, tanto con recursos públicos como privados", puesto que "claramente existe una falta ética, aunque sea legal, en asesorar colegios cuyos sostenedores son familiares directos".
A su vez, dirigentes de los estudiantes de secundaria también se sumaron a las críticas.
El mayor conflicto se desató en la directiva de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc), que lidera el movimiento, pues su vicepresidente es hijo de Claudia Pereira y Walter Pereira.
El vicepresidente de la Feuc, Ignacio Oliva, declaró hoy que "mi programa no es el de la subsecretaria, mi programa no es el del gobierno, mi programa es el del movimiento estudiantil", a lo que agregó que con su madre "tengo un vínculo con ella, pero estamos en veredas opuestas", declaró.
La presidenta de la Feuc, Naschla Aburman, dijo a su vez que desconfían del próximo ministro de Educación, Nicolás Eyzaguierre, por haber sido titular de Hacienda durante el gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006), donde se realizaron medidas pro-mercado de la educación.
"Si con Eyzaguirre teníamos duda, con el nombramiento de la nueva subsecretaria tenemos certezas y antecedentes de que vienen a confirmar nuestra profunda desconfianza", sostuvo Aburman.
El movimiento estudiantil generó grandes problemas al saliente mandatario, Sebastián Piñera, que no pudo frenarlo y vio como su apoyo bajó sistemáticamente.


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