jueves, 6 de diciembre de 2012

Rajes melancólicos y con onda


La crónica que describe el acto dice que el segundo recambio en el gabinete tuvo un tono nostálgico. Al parecer, el gobernador Antonio Bonfatti tomó el juramento a la nueva ministra de Educación, Claudia Balagué ("bienvenida al gobierno", le dijo) y despidió con elogios y un regalo a la renunciante, Letizia Mengarelli. "Una gran compañera" -la llamó- y le agradeció el "maravilloso gesto" de haber desempeñado el cargo hasta ayer no más. Bonfatti había dicho que Mengarelli se iba por "razones personales", pero después aclaró que hace cuatro meses le había pedido "dar un paso al costado" por un "problema de salud". Él le habrá sugerido que se quedara hasta fin de año. "Faltó un par de semanas, pero como se dijeron tantas barbaridades, decidí adelantar el acto", aclaró. Mengarelli se llevó los aplausos más cerrados y, al final, rodeada de saludos y abrazos, no pudo contener el llanto. "Todas las despedidas duelen. Necesito un tiempo de recuperación, pero ya voy a volver, donde me toque", prometió. Balagué deslizó que podría integrar su equipo de asesores, junto con la ex ministra Elida Rasino.
Cuando termina de leer piensa divertido hasta qué punto la patada oficial en el traste de la ministra de Educación de la provincia de Santa Fe se asemeja al desplazamiento de Matías Almeyda como director técnico de River y su reemplazo por Ramón Díaz. "Éste es un gobierno de postas" dijo en la ocasión Bonfatti, casi las mismas palabras inverosímiles e hipócritas que unas horas antes pronunció Daniel Passarella.


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