Según la cobertura de la agencia de noticias del norte argentino, COPENOA, fue de una inusitada violencia el “recibimiento” que le dieron a los estudiantes empleados del rectorado de la Universidad Nacional de Tucumán cuando los jóvenes marcharon para reclamar por el derrumbe de un auditorio que pudo haber terminado en tragedia. Al parecer se trata ya de una costumbre, puesto que unos días antes, después de que el Consejo Directivo de la Facultad de Filosofía y Letras resolviera por unanimidad rechazar los fondos provenientes de la minera Bajo La Alumbrera y la iniciativa fuera anulada por el Consejo Superior, los estudiantes que protestaban recibieron el mismo hostigamiento.
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