jueves, 10 de marzo de 2011

La fórmula alquímica del matrimonio eterno y feliz

En su libro Controlar lo incontrolable. Una historia de la sexualidad en la Argentina (Buenos Aires, Biblos, “Historia”, 2011, 244 páginas) la investigadora Marisa Adriana Miranda reproduce una ilustración bien curiosa y llamativa que acompaña un artículo publicado en Viva Cien Años (año V, vol. IV, n. 1, octubre de 1937).

En el escrito se asegura que la ley aprobada ese año que imponía la obligatoriedad del certificado prenupcial en la Argentina traería aparejada la pervivencia de la pareja en el tiempo: si se somete el amor a la razón, la buena elección del cónyuge sólo puede traer felicidad eterna. En el dibujo la mujer y el hombre revuelven en un recipiente gigante la fórmula del buen matrimonio, que tiene al certificado de salud prenupcial como ingrediente principal, además de proporciones importantes de “armonía íntima”, “criterio”, “optimismo” y “sacrificio”. Se mezcla bien todo y pum para arriba: no puede fallar.


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